domingo, 21 de junio de 2015

Lo hacemos y ya vemos


LA LLAMADA



They make you something that they want

to make you, that isn’t really you.

They come and talk to find answers,

but they’re the answers, not us."
 
-Vivir es fácil con los ojos cerrados.-



Ya está aquí el verano. Y con él una nueva entrada. Pero no la típica vacía dando la bienvenida a la nueva estación, sino una honesta encomienda para estos provechosos días. Eso sí, con su correspondiente reflexión.
Una llamada a la vida. A vivir de verdad. Porque aunque los días, las semanas, los meses, las estaciones… pasen, seguimos igual. Miras el calendario y ya han pasado casi siete meses y sigue prevaleciendo la misma mentalidad.
Ya va siendo hora de ser nosotros mismos.
“Lo hacemos y ya vemos”. Porque sí, porque a La llamada no le falta razón. Ya vale de condicionarnos por la opinión y prejuicios de los demás. Ya está bien de coartar nuestro potencial por lo que pueda especular el resto. Ya basta de oprimir nuestros sueños por la dominante sociedad en la que nos hallamos inmersos.
Ya es hora de ser felices, joder.
Porque no hay nada más trascendental que la amistad y la esencial búsqueda de identidad. Porque esta llamada oculta a la libertad y al verdadero amor debe ser escuchada. Porque no hay nada más bonito que el respeto y la elección autónoma de decisiones. Porque no hay nada más triste que tratar de ser otra persona para encajar en cada situación.  Porque no hay nada peor que vivir en función de los demás.

Que ya sobra tanta intolerancia. Que ya sobra tanta frontera.

Porque todos somos diferentes y eso es lo admirable de la realidad. Porque todos tenemos “nuestras cosas” y no por eso debemos disimular. Porque tenemos que prescindir del reconocimiento de los obstaculizadores a la hora de actuar y de la meditación de las repercusiones que pueda tener.
Porque tras ensimismarme con la más que recomendable e imprescindible adaptación teatral La ola, vuelvo a cumplir otro de los propósitos más deseados para este año. La semana pasada decidí finalmente adentrarme en la historia de la más aclamada y galardonada función del momento, La llamada. Una aglomeración mágica de música, religión, aventuras, juventud, romance, drama y comedia.



Porque, la verdad, ya sea mediante el “coged las rosas mientras podáis” de El club de los poetas muertos, el “cuanto más sabes quién eres y lo que quieres, menos te afectan las cosas” de Lost in Translation o el “sigue los dictados de tu corazón” de El indomable Will Hunting, todo el mundo debería ser consciente de este, más que ineludible, encargo.
Y si encima dicho recado se transfiere desde el corazón, el humor, la ilusión, la pasión y el optimismo, no se puede pedir más, “porque la música y el talento hacen milagros”.

Probablemente, esta comedia musical sea la mejor obra que se pueda contemplar en estos tiempos, no sólo por la cantidad de premios recibidos ni por su increíble reparto, sino porque el escalofriante mensaje que se esconde entre esas magníficas canciones perfecciona a cualquier público.  




Porque este mandato ha cambiado y salvado muchas vidas y personalidades, respectivamente. Porque no sé vosotros pero yo también defiendo rotundamente y sin cargos de conciencia que hay cosas mucho más relevantes que los estudios, el dinero, la fama e impresionar a los demás como, entre otras, la auténtica amistad, el amor, la felicidad, el alcance de tus utopías y conocerse a uno mismo por encima de todo.



Siempre sin dejarse someter por las masas. Porque hay que aprovechar el tiempo al máximo. Porque sólo seremos jóvenes una vez. Porque estamos en la mejor época de nuestras vidas.


Sinceramente creo que no hay nada más enorgulleciente que aprender a pensar por uno mismo y funcionar conforme a tus ideales; viviendo y saboreando cada instante como si fuera el último, ya que cada uno de ellos define quién, en realidad, eres. Porque debemos pensar menos en las consecuencias y más en nuestras ganas de vivir. Porque sólo se es una vez y hay que serlo de verdad.
Debemos comernos el mundo porque nadie va a hacerlo por nosotros. Porque nadie puede limitarnos. Porque merece la pena ser feliz luchando por lograr nuestras metas disfrutando cada vivencia de este valle de lágrimas. Porque trabajos así llenan el alma de esperanza, energía, seguridad, entusiasmo, emoción y alegría.
Porque hay que escuchar la llamada.
Porque es ahora o nunca.
Porque…
 “LO HACEMOS Y YA VEMOS”.





Y a hacer del verano algo extraordinario.


El portaminas negro